viernes, 21 de agosto de 2009

El mundo mágico de los dioses del Anáhuac - El Panteón del Anáhuac

El Panteón del Anáhuac

Las divinidades integrantes de la Mitología del Anáhuac proceden de muy distintas regiones, como la tepaneca, la otomí, la mixteca, la texcocana y otras más.
Sí tenemos que Xipe Totec –nuestro Señor Desollado–, dios de las enfermedades, de las pústulas, del mal de los ojos, dios de los que vivían a la orilla del mar, tenía su origen en Zapotlán, Xalisco.
Xiuhtecutli –Señor de la hierba y del año, Señor del fuego–,se supone de origen teotihuacano.
Quetzalcóatl –dios del viento, la sabiduría y el bien–, es de origen olmeca.
Chicomecóatl –diosa de la tierra–, recibía culto en tierras de la costa del Golfo.
Cihuacóatl –mujer serpiente, diosa madre del género humano, era de la Huaxteca.
Tláloc –dios de la lluvia–, de Teotihuacan.
Yaacatecuhtli –dios de los mercaderes–,tuvo su origen en Cholula.
Tlazolteotl –diosa de los amores impuros, diosa de las cosas deshonestas, diosa de la basura–, era originaria de la Huaxteca.
Si prolíficas eran las deidades del Anáhuac, más prolíficos eran sus hechos y su forma de expresión.
Por ejemplo: en la creación del hombre se asienta que éste se debe a Quetzalcóatl, el que fue al Mictlán en busca de los huesos preciosos que servirían para forjar al hombre.
Otra versión nos da a conocer que fue el Sol, el que al arrojar un dardo sobre la tierra, creó un hombre y una mujer incompletos.
Una más, nos hace saber que los dioses crearon a Cipactli y a Oxomo, el Adán y la Eva de la Mitología del Anáhuac.
Al maíz, como a la creación del hombre, nuestros antepasados le dieron diversos orígenes.
Según algunos cronistas indígenas, el maíz fue obtenido por Quetzalcóatl que convertido en hormiga, entra a los dominios de la hormiga roja, allá en Tonacapan –el ciervo de los Sustentos–, y le roba unos granos del divino cereal. Otra versión nos hace saber que de los amores de Tlazolteotl y el Sol, nace Cinteotl, el dios del maíz.
Una más nos indica que de los amores de Xochiquetzalli y Xochipilli, nace Centeotl, la diosa del maíz.
Y por último existe otro mito: de los amores de Xochiquetzalli y Piltzintecuhtli nace un niño llamado Cinteotl, a quien los dioses roban y entierran y de cuyo cuerpo brotan diferentes alimentos.
Así, a cada hecho mitológico se le da diferente origen, lo que causa desconcierto, a pesar de su belleza.
Es por eso que a través del Mundo Mágico de los dioses del Anáhuac se trata de dar a conocer, sin secuencia a seguir, los más hermosos relatos de los mitos de nuestros ancestros.

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