viernes, 28 de agosto de 2009

El mundo mágico de los dioses del Anáhuac - Concepto de Dios.

“Donde está el lugar de la luz,
pues oculta al que da la vida”
Cantares mexicanos


¿Qué es Dios?
¿Dónde está Dios?
Pregunta de todos los tiempos.
Desde que el hombre existe, en todos los tiempos y en todo lugar, es la pregunta que se hace.
Y a través de los siglos, aún no se sabe dónde está, cómo es, ni para qué forjó al hombre.
Aún no se sabe nada sobre su carácter, su persona, su vida.
No se ha podido encontrar, aunque el Mundo exista.
De Dios afirman:
Es el Ser Supremo, Creador del Universo, pero en cada pueblo, este ser tiene un nombre distinto.
Los Jamana de la Tierra del Fuego, lo llaman Watauinewa, el altísimo Señor que vive en lo alto.
Los Kurnai de Australia, le nombran Munganngaua, o sea Padre Nuestro.
Los miyot de California, adoran a Gudatrigakwitl, o sea, el Viejo Señor que está arriba, allá arriba.
Los mayas, Hunab Ku, Dios uno, Creador del mundo, que habitaba lo más alto de los cielos.
Brasil tiene a Monan, el antiguo, el viejo, el creador.
En la India es Trimurti, símbolo de los divino,
Los galos, Dis Parte, el progenitor Perun, se llamaba el dios supremo de los esclavos.
En Grecia, Júpiter, el Soberano, el Padre, el Dueño de los hombres y de los dioses.
El dios fenicio, divinidad suprema, Baal, dios supremo, dios por excelencia de Babilonia, Caldea y Fenicia.
Así, en todas las religiones, el concepto de Dios da la idea de ser infinito, perfecto, supremo, eterno, creador y generador.
En todos los tiempos y en todos los lugares, se tiene fe en un ser lejano, benévolo, sabio, legislador, juez y dador.
Este ser celestial puede ser concebido de diversas y extrañas formas, pero lo que se percibe a través del tiempo y del espacio, desde que aflora el primer latido de la civilización humana, es que la idea de Dios es como el nacer de una luz que rasga las tinieblas y con ella, nace también la necesidad de honrar, amar y servir a ese ser invisible y enigmático.
Ese concepto corresponde a Teotl de los mexicanos, al Deus de los latinos, al Dios de los españoles, al Theos de los griegos, al de los hebreos, al Alá de los árabes y al Teutl de los celtas.
Diferentes palabras, pero todas con un solo significado: el misterioso habitante de los cielos.

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