domingo, 26 de julio de 2009

Libro de mitología prehispánica mexicana: El mundo mágico de los dioses del Anáhuac - Introducción, Prólogo

El mundo mágico de los dioses del Anáhuac, de Otilia Meza (publicado en Septiembre de 1981 por Editorial Universo e impreso en México) es un libro de mitología prehispánica mexicana que, aunque es referencia en muchos otros, no se encuentra ya a la venta en librerias (ni en libros viejos) ni disponible en internet (solamente hay referencias a éste en openlibrary o google books pero no para consulta).

En un esfuerzo de preservación y difusión de su contenido me he tomado el atrevimiento de transcribir sus capítulos, pues el primer volumen lo encontré en mi casa, mientras que el volumen dos estaba medio perdido y deshojado en una biblioteca (afortunadamente lo fotocopié completo).

Dicho texto tiene la particularidad de presentar los mitos de manera integrada, como si fueran una sucesión uno de otro y no mitos independientes. En él se encuentran mitos de los pueblos indígenas del México como son los Toltecas y los Mexicas (conocidos como Aztecas).

A continuación comienzo con la transcripción de su introducción y su prólogo.








MITOLOGÍA

Forma parte de la Historia, relatando, si bien de manera enigmática, los grandes cataclismos del mundo o las hazañas de los hombres distinguidos; pertenece a la religión al enumerar los hechos de los dioses, y su culto corresponde a la moral en tanto que explica las reglas de conducta a que los creyentes se sujetan; cae bajo el dominio de la filosofía al juzagar por las leyendas del estado de adelanto alcanzado por los pueblos que las adoptan. No es, pues, un conocimiento de vana curiosidad. Necesidad o simple especulación urgen al hombre a darse cuenta de los objetos que lo rodean. Impaciente por explicarlo todo, cuando no alcanza la solución de un problema, inventa una hipótesis; si el hecho está fuera de la observación, si la inteligencia no puede entenderlo, ni aún siquiera definirlo, o bien lo niega con pretenciosa indiferencia, o se conforma con un mito de su propia cosecha, tanto más apreciable para él cuanto más confuso y enredado es. Las cuestiones que más le importan son las relacionadas con su persona. ¿De dónde viene? ¿Cuál es su Destino en este mundo? ¿Qué término habrá más allá de este mundo? Su vida en el planeta la arregla por la religión, las leyes y las costumbres; en cuanto a lo demás, presa de su propia ceguedad, da rienda suelta a su imaginación y a falta de verdades reconocidas, se conforma con mentiras manifiestas.
Orozco y Berra





Son tantas las fábulas y ficciones que los indios inventaron y tan diferentemente relatadas en diversos pueblos, que ni ellos se entienden entre sí, ni habrá hombre que les tome tino.
P. Mendieta





Adoptaban los dioses de los
pueblos vencidos, o al recibirlos
de otros pueblos de cultura avanzada,
trataron siempre de incorporarlos a
su panteón nacional.





“Ilhuicac in tinemi:
tepetl in tocan ya napaloa,
yehua Anahuatl in momac on mani,
nohuian tichialo cemicac in
tontzazilio ya in tonihtlalilo,
zan titmolilo in momahuizo motleyo.
Ilhuicac in tinemi:
Anhuatl in momac mani”.

“En el cielo tú vives,
la montaña tú sostienes,
el Anáhuac en tu mano está,
por todas partes, siempre eres esperado,
eres invocado, eres suplicado,
se busca tu gloria, tu fama.
En el cielo tú vives,
el Anáhuac en tu mano está”.
Cantares Mexicanos





Nuestro señor, el dueño del cerca y del junto, piensa lo que quiere, determina, se divierte.
Como él quisiere, así querrá.
En el centro de la palma de su mano nos tiene colocados, nos está moviendo, como canicas estamos dando vueltas, sin rumbo nos remece.
Le somos objeto de diversión: de nosotros se ríe.

Códice Florentino





Prólogo

Desde que el hombre existe, ese cielo tan lejano, siempre ha constituido para él un misterio insondable que ha causado su asombro y su curiosidad.
Por siglos y siglos en vano ha tratado de rasgar el azul extendido sobre las alturas, y por siglos y siglos ha luchado por aprisionar los secretos que encierra.
Pero si la contemplación de ese mundo tachonado de estrellas lo anonadó, no menos asombro le causó presenciar las manifestaciones airadas de la naturaleza: rayo, nieve, huracanes, tempestades y tantos fenómenos que lo atemorizaron, máxime que se sintió impotente para destruir la nefasta influencia ejercida sobre su subsistir, lo que le hizo pensar en que todos esos fenómenos debían de tener su origen en el deseo ex profeso de seres invisibles que tenían que habitar en lugares ocultos a donde el hombre no podía llegar, y cuando el habitante de la Tierra supuso que su vida dependía de los caprichos de esos seres, se sintió pequeño, insignificante e indefenso.
Por tal cosa surgió en su mente el mundo de los entes no vistos, pero sí presentidos, que daban la vida, quitaban la vida, que marcaban caminos por seguir según sus caprichos, y con esos seres producto de su imaginación pobló el espacio superior y el espacio inferior.
Así surgieron los dioses de la fuerza potente de la naturaleza que rodeaba al hombre y de ese infinito tan bello pero tan lejano de su curiosidad.
Los dioses fueron creados con atributos humanos, con debilidades humanas iguales a los de sus inventores.
Los dioses del Anáhuac por tanto, eran dioses impulsados por sentimientos humanos, aunque poseedores de fuerzas superiores, de reacciones imprevistas, pues tan pronto actuaban benévola como airadamente, provocando siempre en el hombre, su creador, temor y confusión.
De estas reacciones imprevistas de los dioses, los hombres se vieron en la necesidad, primero de adorarlos, de elevar hasta ellos sus plegarias y sus súplicas, después no sólo oraron a los habitantes de ese mundo sublime, poderoso e infinitamente invariable y desconocido, sino que empezaron a solicitar de ellos protección y benevolencia, y por último, cuando creyeron que los dioses no les daban todo su amparo, entonces pensaron en doblegar las voluntades divinas y dominar los fenómenos naturales. Y surgió un nuevo elemento: la magia.
La magia es un fenómeno primitivo que alcanza su máximo poder en la mente del hombre, y que gracias a esta facultad, el hombre cree desentrañar los secretos del espacio y del tiempo, porque la magia es el arte de hacer cosas extraordinarias y admirables.
Así se forjó el Mundo de los dioses del Anáhuac.

2 comentarios:

  1. Hola!! Me parece excelente que hayas rescatado este libro tan único. He estado en busca de este y otros libros de la autora pero no he tenido éxito. Como podre conseguirlo? Saludos y muchas felicidades por ese esfuerzo

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  2. Hola Lilia, en este mismo blog se encuentran los siguientes capítulos de éste libro (del volumen 1), por cuestiones de tiempo y otras actividades no he podido continuar su transcripción, pero el proyecto de hacerlo en ratos libres continúa este año.
    Al concluir de transcribir cada uno de los 2 volúmenes, tengo el plan de subir un archivo en formato PDF para poderlo poner disponible para quien lo desee agregar a su colección y poder consultarlo de manera personal.

    Un saludo y gracias por tu comentario.

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